𝙇𝙖 𝙥𝙖𝙨𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨
Un rasgo de la época está definido por la emergencia de las pasiones: Cólera, indignación, odio, segregación -en el ámbito social-. Esta presentación recubre lo que hay de intolerancia respecto a la angustia, en donde para ciertos sujetos “El enigma [aparece como aquello] insoportable, indicando la fuente de un malestar contemporáneo. Así lo señala Andrea Zelaya (2020, Blog AMP):
“El ser mantiene a distancia el odio como lo más ignorado por el sujeto, es decir, los medios de goce constitutivos, y los despoja de sí atribuyéndolos al Otro. La segregación de lo íntimo del sujeto lo mantiene a distancia de la angustia, alejado de lo más enigmático de sí mismo, a través del odio al Otro, la cólera, la indignación, la fuga, la evitación, la violencia, la agresión, la virtualidad de los lazos, con sus modos de manifestación endebles en el amor” …
De esa manera se dibuja un sujeto actual incapaz de tolerar la angustia, incapaz de conectar con ella. Por eso la cólera y la indignación son las maneras privilegiadas que tiene el sujeto actual de ponerse a salvo, de refugiarse ante su emergencia (es una forma de defensa ante lo real que se vuelve insoportable). En el Film “el Insulto” (2017), se ve de manera muy notable, como sobre ese malentendido fundamental – se montan una serie de despechos y rencores tejidos a raíz de un problema doméstico, lo cual tendrá su escalada en un problema jurídico - político: El lugar del “otro” aparece así como punto intermedio que revela la juntura entre el goce del Otro y la reivindicación del goce propio, lugar sin posibilidad dialéctica o salida aparente. Como siempre, la solución vendrá de algún tipo de arreglo simbólico o acuerdo que utilize la palabra. En esta época en que la angustia está vinculada a lo “Unheimlich”, lo sorpresivamente extraño en lo familiar, es preciso preguntarnos de qué modo recibe el sujeto esa angustia en el fuero de lo íntimo y que modos de respuesta elabora ante aquello que aparece en calidad de objeto indeterminado".
Lic. Nicolás Borsani
Imágenes: Relatos salvajes, Damian Szifron